Las figuras de duendes para jardín han representado desde siempre el misterio, un aura mágica se desprende de estos particulares enanitos que se han apoderado de buena parte de los jardines.
En nuestro artículo de hoy, veremos lo que sucede cuando adoptamos a estos pequeños amigos como elementos importantes dentro de nuestra decoración. Hemos querido dedicar este texto a las figuras de duendes para que sepamos finalmente su significado dentro del decorado.
Recordemos que originalmente estas pequeñas criaturas cumplían otras funciones. Por ejemplo, las figuras de duendes eran usadas para guardar a los animales en el granero, cuidar la cosecha y proteger el jardín. Incluso, algunas personas consideraban que colocar un par de enanitos era sinónimo de buena suerte, aunque todavía se cree mucho sobre este último aspecto.
Figuras de duendes en los jardines de hoy
Si bien su creación data del siglo XVII, utilizar figuras de duendes en el jardín pareciera ser una tradición que no perece. Por supuesto, el mercado de hoy nos ofrece estas encantadoras figuras de diferentes materiales. Por ejemplo, podemos conseguirlos de yeso, escayola o cerámica. Sin embargo, las figuras de duendes fabricadas con hormigón armado sin duda alguna son las preferidas por su alta calidad y resistencia ante las condiciones climatológicas.
Lo más interesante y atractivo de este tipo de elemento decorador, es que pueden ser esculpidas de mil maneras, con diferentes poses y expresiones que los hacen todavía más encantadores. Por ejemplo, podemos verlos con una actitud relajada, sentados sobre nuestro jardín o también con una expresión cómica en su rostro. Realmente hay muchas opciones sobre cualquiera de estas situaciones cotidianas.
¿Qué le pasa a nuestro jardín si colocamos figuras de duendes?
Decorar con figuras de duendes resulta ser más que un beneficio decorativo. Estos pequeños y graciosos amiguitos no solo son un elemento más de nuestro jardín, su presencia nos aporta calidez, alegría y un curioso toque de misterio.
Aunque algunas personas supersticiosas han sembrado miedo en torno a las figuras de duendes, asegurando que tienen alma y vida propia (vaya qué calidad de imaginación) la realidad es que son muy encantadoras y lucen genial en nuestro jardín.
Podemos colocarlos entre las flores, entre las piedras, e incluso elaborar una especie de área donde permanezcan juntos. Aunque también, podemos mezclarlos con otros elementos de nuestro jardín, por ejemplo, sentados sobre algunos maceteros o relajados cerca de un pozo prefabricado.
Las ideas pueden ser muchas, solo debemos poner a volar nuestra imaginación para que nuestro jardín tenga un toque totalmente original con unas encantadoras figuras de duendes.